Según la Real Academia Española publicidad se define como el “conjunto de medios que se emplean para divulgar o extender la noticia de las cosas o de los hechos”. Por otro lado, la RAE explica propaganda como la “acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores”. Sin embargo, en nuestra vida cotidiana, muchas veces confundimos ambos términos y los utilizamos para referirnos a lo mismo. Pero, ¿cuáles son las diferencias entre publicidad y propaganda?
El principal factor diferencial lo encontramos en el objetivo con el que cada una comunica un mensaje. Así, la publicidad tiene unos fines comerciales con los que pretende atraer a potenciales clientes o compradores, incitándolos a adquirir aquello que determinada marca nos vende u ofrece. Por ello, para que sea efectiva, la publicidad utiliza distintos métodos y canales para divulgar sus anuncios.
La propaganda, por su parte, no tiene fines comerciales sino que busca la adhesión a una ideología o un cambio de actitud del público al que se destina. Es decir, la propaganda genera un impacto sobre las personas de manera que influya en ellas, modifique su conducta u opinión en relación con determinado tema y los acerque a una causa concreta. Por esta razón puede decirse que su finalidad real es atraer adeptos y seguidores.
Tal es la controversia que ha generado la diferencia entre publicidad y propaganda a lo largo de la historia que diferentes pensadores y estudiosos han hablado sobre ella en sus escritos. Dos conceptos que para algunos están claramente diferenciados pero que para otros cuentan con muchos puntos en común que hacen que el debate nunca esté del todo cerrado.
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